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Es la gran olvidada, pero una parte clave en el envejecimiento del rostro: Con los años desciende y tira de los músculos faciales hacia abajo, marcando las líneas de marioneta y entristeciendo la expresión. La Dra. Espallargas propone un método exclusivo de Rejuvenecimiento de la Barbilla: infiltración de ácido hialurónico, factores de crecimiento, inductores de colágeno e hilos tensores.
Surcos de amargura, labio inferior caído, perfil menos definido, óvalo facial menos marcado… El mentón o barbilla es en buena parte culpable de estos síntomas del paso del tiempo en el rostro.“Cuando somos jóvenes, la barbilla es lisa y está en su sitio, pero a partir de los 40 se desdibuja, baja y se desestructura”, explica la Dra. Espallargas.
Lo que ocurre es que a la hora de tratar una cara, a menudo suele ser un área olvidada. ¿Te has fijado en celebrities como Meg Ryan o Goldie Hawn? Sus frentes, pómulos y mejillas están tratadas (en exceso), pero sus mentones no. Ópticamente, esto da una sensación de envejecimiento mucho mayor y una falta total de armonía. “Lo que determina la apariencia de la cara es la armonía, la simetría y el equilibrio de volumen.Una línea mandibular bien definida y un mentón proporcional al rostro dibujan la transición entre la cara y el cuello. Pero la piel de la barbilla tiene un grosor mínimo y cae, y es cuando se produce la sonrisa de marioneta y la expresión de tristeza”, explica la Dra. Espallargas.
A la hora de trabajar la barbilla, hay que tratar todo el óvalo facial en 4 pasos:
1- Infiltración de Ácido Hialurónico: Debe ser de alta densidad.
2- Inductores de colágeno: Las esferas de Policaprolactona rellenan e inducen la formación de colágeno de calidad.
3- Factores de Crecimiento: el plasma rico en plaquetas es capaz de mejorar la apariencia y combatir la flacidez del óvalo.
4- Hilos tensores: En perfiles muy desdibujados la aplicación de hilos tensores combate la flacidez y ayuda a crear nuevo colágeno.
La técnica se trabaja a nivel de hueso y siguiendo los vectores naturales del rostro, mediante cánulas para no tocar vasos y arterias.
Es un tratamiento diez para ambos sexos. “En el caso de la mujer buscamos un óvalo más afilado, menos marcado. En el del hombre, más cuadrado y varonil”, añade la doctora.
El efecto es en parte inmediato, y en parte progresivo: a las tres o cuatro semanas el inductor de colágeno ya ha actuado y se pueden observar los beneficios totales. La duración es de un año aproximadamente.
No duele, pero sí puede molestar. En ese caso se recomienda aplicar un rato antes en casa una pomada de lidocaína, y puede ponérsela también inyectada en la consulta. Después podría salir algún hematoma, que suele desaparecer en escasos días.
Con una sesión es suficiente para obtener resultados duraderos.
El óvalo vuelve a definirse de manera natural, sin depresiones, la barbilla se proyecta, la papada disminuye y desaparecen los surcos de amargura.